Leía en un post esta frase: «El azar puede ser un aliado solo si estás en tu día de suerte; no se puede improvisar, ni dejar las cosas al azar».
Claro, a continuación planteaba la importancia del plan de negocio como el antídoto perfecto frente al azar.
Lo podemos mirar como queramos pero la vida es azar. Y por tanto es un agente importante a considerar como generador de bifurcaciones que podemos (o no) tomar.
En la mayor parte de los acontecimientos, y sobre los que debemos decidir, el azar es gran protagonista.
Podemos tener una intención, un deseo y podemos movilizarnos para alcanzarlo pero es el azar quien nos sorprenderá con posibles trayectorias. Se introducirá de un modo sutil o brusco ante lo que hemos planificado y nos retará a potenciales nuevas opciones.
No anula nuestra voluntad, simplemente ofrece una paleta de posibilidades que era imposible preverlas de antemano.
Tratemos al azar como un aliado y no como un enemigo.