Cuando se trata de llegar a un acuerdo, y aparecen dos posturas contrapuestas, pueden desplegarse dos procesos. Uno que partiendo de las posiciones establecidas, trata de negociar qué cede cada una de ellas. Otro construir desde fuera de estas posiciones una idea compartida de los elementos que deben soportar la decisión a tomar. Esto es, compartir la construcción de lo que se desea, identificar la cuestiones clave que pueden impulsar el avance hacia lo deseado y a partir de ahí, abordar la respuesta a dar. Creo que es más capaz construir de modo conjunto que negociar.
Así sea / Hala bedi 🙂
Habrá que intentarlo Iñaki, pero sobre todo lo que me parece importante es pensar que existe al menos otra forma. Que las cosas que hacemos no son fruto de leyes físicas que no podemos alterar. Que muchas de ellas son nuestras construcciones motivadas evidentemente por diferentes circunstancias pero que, aunque sea complicado, está en nuestra mano el cambiarlas o al menos intentarlo.