Hay pequeñas empresas capaces de liderar, siendo muy rentables, nichos de actividad de sectores de gran volumen. Lo hacen, moviéndose en los límites, en lo que no sea goloso para aquellas preocupadas en el volumen.
La posibilidad de entrada de nuevos competidores en su nicho es muy limitada y ello les genera, en consecuencia, una sensación de bienestar.
Ello puede dar lugar a un cierto acomodo que no facilita la generación de músculo hacia lo nuevo. Por ello, conviene introducir retos que impulsen búsquedas e incertidumbre, que cohesionen al margen de la rutina de presencia en un contexto tranquilo.