La información es un elemento fundamental para el control, al mismo tiempo que es un requisito necesario para posibilitar el apoyo de una persona a otra, de una entidad a otra.
Permite generar interpretaciones, aunque las interpretaciones sean diferentes. Compartirla ayuda a incrementar el criterio y probablemente genera un nivel de convergencia superior que su distribución desigual.
Verla como una forma de control externo o como el requisito para poder apoyarse, está condicionado por el modelo de ejercicio de poder entre las entidades.
Si el ejercicio se centra en el control sobre el otro, se tenderá a cerrar la salida de información. Si el ejercicio se basa en la construcción mutua, se tenderá a la apertura.