“Aquí trabajamos sin jerarquía”.
¿Qué quiere decir ésto?
Esta frase, normalmente dicha en un tono positivo por quien ostenta un gran poder en el rumbo de una organización, quiere transmitir que todas las personas son iguales, que no existe una estructura que marque diferentes responsabilidades.
Asimismo, esta premisa de la no jerarquía se considera el modelo más capaz de generar la participación de otras personas y el fomento de la responsabilidad individual.
Pero la realidad es que al no existir jerarquía, la jerarquía es la propia persona que lanza el mensaje. Solamente hay un centro y un alrededor. Nada es posible hasta que llegas al núcleo. Y por tanto se trata de llegar a él al margen de la existencia de una cierta estructura formal de gestión.
Por otra parte, debemos admitir con rotundidad que no hay posibilidad de participación sin una estructura de poder distribuida. El poder existe, si no se distribuye es que está concentrado. No desaparece.
Lo que más me llama la atención es lo cansino y agotador que tiene que ser este sistema para el “gran decisor”. Aunque como dice algún amigo, sarna con gusto no pica. Claro que mi amigo se refiere a sufrir encima de una bicicleta.
Quizás la palabra jerarquía, no diferencia los liderazgos “autoritas” y la “potestas”
Los romanos hacían una distinción entre ‘autoritas’ y la ‘potestas’, alabando la primera por encima de la segunda, los que debemos ejercer el mando sobre otros, nos interesa ver esta distinción, recuperar el valor de ambos términos, por el bien del equipo de trabajo.
La autoritas se conquista mediante la adhesión, la persuasión y la convicción del buen ejemplo de alguien sobre otro (las indicaciones no son imposiciones). Se basa fundamentalmente en el ejemplo y es imprescindible a superioridad moral del que ordena y que permite que el que obedece haga suyo lo mandado. Labor nada fácil, ya que requiere en el ‘mandante’ una lucha constante por adecuar su conducta a aquello que desea los otros hagan. La autoritas se basa en la capacidad de uno de convencer y persuadir al otro.
La potestas, en cambio, está relacionada con la fuerza y la imposición coercitiva. Históricamente, siempre se ha asociado Jerarquía a un organigrama establecido y publicado (el legal, “legalitas”) y el liderazgo natural al “autoritas”
Lo difícil es ejercer de jefe “autoritas”
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