La objetividad de la realidad es una ilusión. De ahí que diferentes personas veamos diferencias significativas en una situación concreta. Y además, somos capaces de variarla en función de la información que recibimos.
Pero, no podemos interpretar la realidad que vivimos de un modo diferente si no generamos nuevos significados que cambien el punto de observación desde la que la interpretamos.
La conversación es una gran herramienta para posibilitarlo.