Trabajando en una ikastola que cuenta con el sistema de gestión educativa más evolucionado que conozco, se plantea qué hacer cuando se descubre tanta diversidad en el alumnado. Esto es, cuando el sistema de funcionamiento se ha preparado para percibirla y se percibe, ¿cómo tratarla?
Ahora que se observa, hay que abordarla. Pero, hacerlo desde una perspectiva individual supone que cada persona domine las diferentes metodologías a utilizar. Y esto es imposible.
Nuevamente aparece el equipo como la única forma de sumar y combinar los conocimientos individuales para que el nuevo “yo grupal” pueda disponer de esa capacidad.
Pero para ello, debe interpretarse primero la idea de trabajo colectivo en la docencia frente a la idea de la suma de los trabajos individuales de las personas docentes.
En este caso concreto, esta interpretación está ya interiorizada. Ahora, vamos a por el siguiente paso.