Como ejemplo, una localidad que por tradición se asocia con un sector de actividad concreto que ha dominado su economía, y su vida, durante más de cien años.
Hoy en día, esta actividad aún se mantiene pero de modo residual. A pesar de ello, la sombra de lo que fue le hace mantener el dominio no solo sobre la historia, sino también sobre el futuro.
Su capacidad de regenerarse e impulsar la generación de empleos en su entorno, es inexistente. Su historia anterior ha trazado un camino de éxito que lleva hasta aquí, pero que no tiene continuación.
La conciencia colectiva de lo que se ha sido y una cierta imagen idílica del pasado, se convierten en limitadores para desplegar lo nuevo, si es que lo hubiera.
Hasta dónde respetar el pasado cuando el futuro requiere lo disruptivo, es lo que vamos a intentar trabajar.
Y tendrán que tomar parte sobre todo nuevas voces, pero también algunas que aporten el eco del pasado.