En estos días, he tenido conversaciones con diferentes personas que me han hecho pensar sobre el modo en el que trabajo o, más bien, sobre el modo en que veo las cosas, tanto en el trabajo como fuera de él.
No me gusta llegar a los detalles sin haber compartido las interpretaciones previas.
Creo que el proceso para llegar a una decisión es siempre más interesante y da más posibilidades de ser fértil, que la mera conclusión.
No me preocupa avanzar poco a poco, sin imaginarme el final. Al contrario, hago esfuerzos por limitarme a imaginar solamente el siguiente paso que me sitúe en una posición diferente. Estoy convencido que desde esa nueva posición observaré cosas diferentes que antes no podía ver.
Doy más importancia a ir interpretar las cosas conjuntamente, y a llegar juntos a un lugar, que a que ese lugar sea el más maravilloso del mundo. Siempre pienso que si hemos llegado juntos lo podremos mejorar posteriormente.
Me preocupa menos lo que yo vea en solitario que lo que veamos juntos.
No entiendo alimentarme de las opiniones de otras personas, y con ello reestructurar mi forma de pensar, sin que ellas puedan vivir también ese proceso.
Pues sí, también estos días han dado para estas cosas.