Es muy difícil compartir una idea común cuando únicamente nos basamos en las percepciones personales que hemos construido a lo largo del tiempo sobre una realidad determinada.
La maduración personal de una idea se construye en base a percepciones y a veces en base a datos. Pero si queremos compartirla con otras personas, debemos partir de crear una base común de información, de unos indicadores que en su evolución, nos ayuden a generar un sentido compartido.
Simplemente en base a reflexiones muy fundadas en lo personal pero muy poco sólidas en lo objetivable, no ayudamos a la reinterpretación de la otra persona.