Trabajo desde hace años con organizaciones de servicios a las personas. Su trabajo se orienta, en diferentes facetas, a la prestación de apoyo a personas y familias en situación de dificultad. Este es el sentido del trabajo de las personas que las integran y de las propias entidades.
Dos de ellas han crecido en los últimos tiempos de una forma considerable. En este momento, a pesar de ser sostenibles económicamente, se están planteando ralentizar su desarrollo, no crecer a pesar de las oportunidades que generan y de aquellas otras que se les presentan como consecuencia de su referencia en los clientes y en los usuarios de sus servicios.
No voy a entrar en las razones de su decisión. Pero sí quiero reflejar una duda que se nos presenta de un modo continuado.
Una organización que ha demostrado su capacidad de tratar y minimizar la problemática que se genera en una sociedad en la que se crean de un modo continuado diferencias y necesidades sociales, ¿puede decir no a responderlas?