Como tal entiendo el diseño de las responsabilidades en la organización. Esto es, sobre qué ámbitos se ejerce el ejercicio “de poder hacer o de poder sobre”.
El modelo más habitual tiene sus orígenes en la idea de la especialización en el conocimiento. Así, la estructura se genera agrupando entre sí a personas con el mismo conocimiento que son responsables de una parte del proceso. Las personas encuentran su referencia en el trabajo en ellas: yo trabajo en…
Al mismo tiempo, esta agrupación diseña los sistema de información: qué se debe saber de ese ámbito, las conversaciones: lo cotidiano es hablar entre sus integrantes y lo extraordinario hacerlo con personas de otros ámbitos, la visión: hasta dónde alcanza lo que se ve, así como las decisiones que se pueden adoptar: aquellas que competen a ese ámbito.
Sobre este modelo más o menos refinado, se sustenta la estructura de funcionamiento de gran parte de las organizaciones industriales, de servicios, tecnológicas, educativas, etc.
El modelo de la especialización en el conocimiento inunda todo los sistemas organizacionales.
Sin embargo, también es cierto que en los últimos años comienzan a aparecer referencias diferentes que optan por otras bases estructurales. Así, se genera otro tipo de responsabilidad que se basa en agrupar a personas con diferentes conocimientos que son capaces de visualizar un tipo de clientes, una línea de productos, un ámbito geográfico, etc.
Estas iniciativas promueven, por el contrario, una información más completa por ser más integral, unas conversaciones alimentadas por diferentes conocimientos que se complementan, una visión más amplia y la toma de decisiones más sustentadas y capaz para poder ponerlas en práctica.