En el proceso de cooperativización de una organización en el que estoy participando, reflexionábamos ayer sobre las inquietudes que afloran en un momento ya cercano a que cada persona tome la decisión de incorporarse como socia a la nueva cooperativa o de mantenerse como trabajadora. Como resumen, las dudas se centraban en cuestiones como:
- ¿Se mantendrán las condiciones laborales actuales (salarios, horarios, etc.) ?
- ¿Qué aportación inicial se debe realizar? ¿va a darse facilidades para realizarla? ¿al dejar de trabajar en la organización se recupera esa aportación?
- ¿Cómo se elige a las personas que formen el consejo rector? ¿se retribuye adicionalmente esta representación?
- ¿Qué porcentaje de personas debieran incorporarse como socias para comenzar? ¿hay alguna cifra orientativa?
- ¿Cualquier persona que lo desee puede ser socia? ¿debe establecerse algún sistema de veto de entrada? ¿quién debe definirlo? ¿y si yo no quiero que entre una persona?
Curioso el último apartado. ¿Alguna respuesta?
¡Hola Alberto!
No, creo que cualquier persona no puede ser socia, pero no puede ser una decisión arbitraria. Existen unos requisitos para ser socio y se puede discutir sobre su cumplimiento por cada candidato, pero si los cumple y desea ser socio, negar a un trabajador su posibilidad de ser socio, es negar el cooperativismo. Será una empresa con muchos socios, pero no una cooperativa.
La decisión de los socios es, primero establecer los requisitos para serlo.
Decidir qué trabajadores son socios, cumpliendo los requisitos, es una cuestión técnica.
Y, finalmente, es decisión de los socios aprobar la decisión técnica, cuestionando en todo caso la validez de los técnicos, no de los candidatos.
Un saludo