Recientemente he asistido a una jornada organizada por Adegi con el título «Las empresas guipuzcoanas sí colaboran». Bajo ese rotundo lema se presentaban diferentes experiencias de organizaciones que han llevado a cabo procesos en cooperación.
La tipología de empresas era muy variada en cuanto a sus actividades, dimensiones e inquietudes al comenzar un proceso de este tipo. Asimismo, cada una de ellas planteaba razones diferentes para acometerlo.
La mayor parte de las personas destacaba la importancia que el deseo, el interés en desarrollar algo con otros, tenía para vencer las dificultades que toda relación presenta. En efecto, desde un plano teórico, desde una visión externa, siempre hay oportunidades de cooperar. Pero no siempre los procesos son exitosos.
Solamente hay posibilidad de colaborar cuando el interés ante lo que pueda ser (lo desconocido) supera el miedo a lo que es (lo conocido).