Cuando los equipos de personas se mantienen en el tiempo no cabe duda de que generan formas de hacer propias, confianza y al mismo tiempo estrechan sus relaciones personales.
Pero por ello mismo, no abordan debates que ya se realizaron y no concluyeron, tienden a evitar el conflicto, incluso el creativo, y desarrollan una visión coherente aunque más limitada sobre el futuro.
Las voces nuevas que se incorporen son más capaces de posibilitar nuevas conversaciones y nuevos interrogantes. Asimismo, se encuentran más liberadas para generar los porqués que impulsen nuevos significados.
Por tanto, la coherencia debe enriquecerse con las dudas. Si no, tiende a solidificarse.