Recientemente en una empresa comentábamos las características del modelo de gestión de las actividades que realiza. Se trata de una entidad que tiene tres actividades diferenciadas por los conocimientos que requieren, la situación de los usuarios a los que se dirigen y la institución que les contrata. Pensábamos que entre todas ellas, independientemente de sus singularidades, debieran existir elementos similares, esto es, patrones que permitieran reconocerlas como integrantes de la misma organización.
Y para ello nos fijamos en tres características de un modelo de gestión: la forma de la escala en la que se ejercen las responsabilidades, la configuración de los equipos y sus capacidades y la estructura sistematizada de información y comunicación.
¿Qué figuras existen y sobre qué ejercen su responsabilidad?, ¿cuáles son los conocimientos y las tareas de las personas en sus equipos naturales?, ¿qué conversaciones se promueven y entre qué personas?