Cuando los cambios no siempre son consecuencia de una posición mayoritaria de un conjunto de personas. Cuando se desacredita un proceso de cambio porque la mayoría no se ha posicionado a favor. Cuando se aborta un proceso porque algunas personas (o muchas) no desean ponerlo en marcha.
Entonces es cuando me surgen las dudas sobre las mayorías. ¿Realmente debe existir una mayoría a favor?, ¿o con una minoría que desea activarse es suficiente?
Una parte me dice que sí y otra que no. Pero, los cambios que he vivido en diferentes organizaciones no surgen siempre de las mayorías. Y tampoco estrictamente del ámbito de poder de estas organizaciones.