Como resumen, el modelo organizativo se puede concretar en estructuras y en dinámicas de trabajo.
Estructuras, referenciales o generadoras, alimentadas desde el conocimiento o desde el proceso, desde la actividad.
Dinámicas como intenciones de cómo se desea realizar la actividad.
Estas dinámicas pueden cobrar vida independientemente de las estructuras creadas. Pero es importante reconocer que las probabilidades de que determinadas dinámicas se puedan desplegar, dependen de forma significativa de la fertilidad de los contextos en las que se aplican.
En efecto, ¿puedo interpretar, decidir y actuar en consecuencia si la visión de la realidad es la que corresponde a una parte del proceso, si la información que se domina es incompleta y si la responsabilidad para poder actuar solamente se refiere a un ámbito concreto y limitado?
Mi opinión es que no lo facilita. Por ello, cuesta mucho más o es cercano a lo imposible.
En este sentido, posibilitar niveles altos de implicación se facilita con estructuras de visión global, con informaciones ricas en su variedad y con capacidades para actuar sobre el proceso.